Monóxido de Carbono. En lo que va de 2025 crecieron un 57% las intoxicaciones en el país
03/07/2025
Guillermo Ibarra

El invierno se instaló con fuerza en todo el país y expuso un problema de salud pública que cada año gana visibilidad por su gravedad: la intoxicación por monóxido de carbono, un gas invisible, inodoro e incoloro, que representa una amenaza real en espacios cerrados y mal ventilados. La reciente ola polar que afectó a gran parte del país dejó cifras preocupantes en cuanto a personas intoxicadas con este gas. Hasta la semana del 21 de junio, el Ministerio de Salud registró 473 personas intoxicadas por monóxido de carbono, lo que equivale a un aumento del 57 % respecto del promedio observado entre 2020 y 2024, según se desprende del informe del último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN).
En total, este año fueron notificados 490 casos, pero finalmente fueron confirmados 473 de éstos. Si tenemos en cuenta que la media de notificados entre los años 2020-2024 fueron 301, significa un alza 172 casos, es decir, un 41% de los casos notificados y un 57% de los confirmados. Estas cifras de intoxicados en alza marcan un patrón claro: el frío extremo y la falta de mantenimiento de instalaciones de calefacción se combinan en un contexto económico adverso y generan consecuencias letales.
El fenómeno no solo abarca cuadros leves. Cinco muertes por inhalación se confirmaron el lunes último en el barrio porteño de Villa Devoto y la semana anterior hubo casos fatales en Córdoba y Mendoza. Especialistas en toxicología coinciden en que una de las causas principales del repunte de estos casos es la baja en la demanda de servicios de instalación y revisión de artefactos. Las restricciones presupuestarias llevan a muchas personas a prolongar el uso de equipos antiguos o defectuosos sin chequeos técnicos, mientras que otras improvisan soluciones que multiplican los riesgos.
En muchos hogares tampoco hay detectores de monóxido instalados, lo que impide la identificación precoz de una fuga. La suma de estos factores explica por qué, cada invierno, emergen nuevos casos de intoxicación aguda.
El compuesto se genera cuando hay combustión incompleta de materiales que contienen carbono, como gas, carbón o madera, algo que ocurre con frecuencia en estufas, calefones, cocinas y motores de combustión si no funcionan en condiciones óptimas.
Los ambientes cerrados representan un escenario crítico. Cuando el aire no circula y no hay mecanismos de evacuación adecuados, el monóxido se acumula y desplaza al oxígeno, lo que interfiere en la capacidad de la sangre para transportarlo hacia los órganos. Las zonas más sensibles son el cerebro y el corazón.
El problema se intensifica en invierno porque muchas personas cierran puertas y ventanas para conservar el calor. Sin ventilación cruzada, las emisiones de los artefactos quedan atrapadas en el interior y pueden alcanzar niveles peligrosos en pocas horas. Los síntomas iniciales, además, se confunden fácilmente con otras afecciones.