Sobre lo ocurrido en la última sesión realizada en la localidad de Las Marianas y sobre los videos que empezaron a circular, quiero decir algo muy simple: los fragmentos que muestran ahora, no cuentan ni de cerca todo lo que pasó. Las provocaciones, los gestos burlones y las faltas de respeto del Secretario del Concejo, Christian De la Cuesta, vienen desde hace meses. Y todos saben que eso empezó el día que decidí separarme del bloque de Unión por la Patria y formar un bloque unipersonal, porque no estaba dispuesto a seguir avalando actos de corrupción ni decisiones que perjudican a los vecinos de Navarro.
Desde ese momento comenzó una persecución política evidente; del Intendente, del Secretario del Concejo (que le es funcional) y del bloque completo de Unión por la Patria. No se bancan que alguien deje de serles útil. No soportan que alguien diga “no” cuando lo que proponen huele mal. No se bancan que elija defender al pueblo antes que defenderlos a ellos.
En la sesión, cuando enviaron un pedido de informe a comisión, el Presidente del Concejo, Leandro Rey, y el Secretario se rieron en mi cara. Sí: se burlaron mientras cumplía mi obligación de controlar. Tuve que pedir Moción de Privilegio para que me dejaran hablar, porque si hay algo que no van a lograr, es callarme.
Y ya que hablan de transparencia, también lo digo: el Secretario del Concejo le consiguió trabajo a su hermano. Eso también es parte de los actos de corrupción que algunos prefieren mirar para otro lado.
A mí me podrán editar videos, recortar escenas, montar relatos a conveniencia… Pero mi conciencia está tranquila.
Quienes se hacen los desentendidos, quienes posan de víctimas y después actúan como verdugos, son siempre los mismos.
Soy una persona de carácter fuerte, sí. Pero jamás voy a quedarme callado ante la injusticia, la corrupción o la persecución política.
Desde el lugar que me toque estar, voy a seguir peleando por la verdad y defendiendo al pueblo de Navarro.
Ahora, respecto al repudio que emitió Unión por la Patria, quiero ser claro: no es un repudio, es un pase de factura político.
No les preocupa la institucionalidad. No les preocupa la violencia. Les preocupa que ya no forme parte de su bloque y que dejó de servirles.
El mismo bloque que hoy se escandaliza es el que miró para otro lado cuando su propio secretario se burló, provocó y destrató durante meses. El mismo bloque que calló cuando acomodaron familiares, cuando aprobaron sin leer, cuando avalaron decisiones que perjudican al vecino.
El repudio que publicaron no es más que un intento desesperado de limpiar su imagen y ensuciar la mía.
No les salió. Y no les va a salir. Porque la sociedad de Navarro sabe muy bien quién es quién.
Yo no necesito esconderme detrás de comunicados. Digo lo que pienso, doy la cara y sostengo mis decisiones.
Que saquen todos los repudios que quieran. A mí no me van a disciplinar. No me disciplinaron cuando me apretaron en privado, no me disciplinaron cuando me burlaron en la sesión, y mucho menos lo van a lograr ahora que me atacan en redes.
Mientras ellos escriben repudios para cuidarse entre ellos, yo voy a seguir defendiendo a la gente, aunque les moleste.
Miguel Zavidowski
