Leptospirosis. ¿Qué es y cómo se contrae?

Sigue siendo un evento de importancia sanitaria muy grande. Durante este año se ha registrado un leve aumento en los casos confirmados respecto de los valores históricos recientes

La leptospirosis es una infección bacteriana que afecta tanto a humanos como a animales y se clasifica como una zoonosis, es decir, una patología que puede transmitirse de los animales al ser humano. La infección suele aparecer tras el contacto directo con la orina de animales infectados —ratas, ratones, perros, vacas, cerdos o caballos— o con ambientes contaminados por esta orina, especialmente en épocas de lluvias intensas o inundaciones. La transmisión entre personas es sumamente infrecuente.

La bacteria Leptospira ingresa en el organismo por pequeñas heridas en la piel o por las mucosas (ojos, nariz, boca), principalmente cuando se expone a aguas estancadas, suelos húmedos o barro contaminado. La enfermedad es endémica en regiones con climas cálidos y húmedos, aunque puede registrarse en cualquier área donde existan reservorios animales y condiciones ambientales propicias.

La leptospirosis presenta una gran variabilidad de síntomas, lo que dificulta su diagnóstico precoz. De acuerdo con el Ministerio de Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los síntomas iniciales suelen ser similares a los de una gripe común y pueden incluir:

  • Fiebre súbita
  • Dolores musculares intensos, especialmente en las pantorrillas
  • Dolor de cabeza
  • Malestar general
  • Ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos)
  • Escalofríos
  • Síntomas digestivos (náuseas, vómitos, diarrea)
  • Enrojecimiento de los ojos

La prevención de la leptospirosis requiere reducir la exposición a ambientes contaminados y controlar los reservorios animales. Las principales medidas recomendadas por las autoridades sanitarias son:

  • Evitar el contacto con aguas estancadas, barro o suelos que puedan estar contaminados, especialmente tras lluvias o inundaciones.
  • Utilizar botas, guantes y ropa protectora durante trabajos o actividades recreativas en ambientes húmedos o rurales.
  • Cubrir heridas con apósitos impermeables para impedir la entrada de la bacteria por la piel.
  • Controlar la población de roedores, tanto en domicilios como en áreas periurbanas.
  • Vacunar a los perros en zonas de mayor riesgo, pues estos animales pueden indicar la circulación de la bacteria en el ambiente.
  • Consultar precozmente al sistema de salud ante la aparición de síntomas compatibles con leptospirosis y antecedentes de exposición.

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