Coronavirus. Los nuevos números son alentadores. Reactivar la economía, el desafío
20/04/2020
Guillermo Ibarra

Entre tanto número apocalíptico, algunas cifras alentadoras resaltan. Son las que indican que lo peor de la pandemia está pasando y que ahora el mundo se enfrenta a otro desafío: no levantar la cuarentena demasiado temprano pero tampoco reabrir la economía demasiado tarde. Para ese reto, está la respuesta de algunos países, que ya se atreven a medidas inimaginables hace unas semanas y que muestran que el camino es de prueba y error.
La tasa más decisiva, en baja
En los focos de la pandemia en Occidente, Lombardía, Madrid, París, Londres, Nueva York, los números salen del rojo total: la cifra de curados crece y los contagios, las muertes y las hospitalizaciones disminuyen de a poco. No es una caída libre ya que en los lugares más afectados los picos son más duraderos que en los escenarios menos golpeados.
Pero el optimismo prevaleció esta semana en varios gobiernos. «La pandemia está controlada», dijo hoy el ministro de Salud alemán, Jens Spahn. Dos días antes, el gobernador del estado de Nueva York , el habitualmente pesimista Andrew Cuomo, también se permitió un tono esperanzador. «Lo peor pasó ya y pasará si seguimos siendo inteligentes».
Como ya lo habían hecho la semana pasada Italia y España, tanto Alemania como Nueva York basaron su entusiasmo en un número decisivo: el factor R, que es la tasa de reproducción de un virus y que, por fases, empieza a bajar en el mundo gracias a las cuarentenas.
La cifra muestra a cuánta gente contagia, en promedio, una persona infectada y está condicionada por, entre otras, tres variables, el tamaño de la población, la velocidad de transmisión del patógeno y el tiempo de recuperación del paciente enfermo. Ese número es, por ejemplo, para la gripe estacional de 1,3 aproximadamente, es decir que una persona contagia a poco más de una persona o, más directamente, 10 personas infectan a otras 13.
Para el coronavirus, inicialmente se pensó que el factor R era de entre dos o tres, pero a medida que avanzó la pandemia, cada foco registró diferentes tasas, condicionado por las particularidades del lugar . En Wuhan , por ejemplo, la tasa de reproducción era en enero de 3,82; con la cuarentena bajó a principios de febrero a 1 y, finalmente, en marzo a 0,3. Esa notable reducción del contagio fue el efecto directo de un confinamiento destinado precisamente a cortar las autopistas del virus.
Lo mismo sucedió con todas las cuarentenas y las tasas de reproducción. En Italia , el número era, a principios de marzo muy alto y llegaba casi a cinco, uno de los mayores registrados; hoy, tras casi 40 días de confinamiento, es de 0,9. En Nueva York, cayó de casi 4 a también 0,9 y lo mismo que en España. En Alemania, el número está hoy en 0,7 después de haber sobrepasado 5, en marzo. Hay tasas incluso más bajas, señal de éxito en la lucha contra el virus: en China es de 0,4; en Australia, de 0,5, y en Corea del Sur, de 06.
Los epidemiólogos y las autoridades sanitarias leen en el factor R un segundo significado: qué tan contenida o no está la pandemia. Con un número por encima de uno, el brote tiene la capacidad de crecer y si supera dos, el aumento puede ser exponencial. Por debajo de uno, la pandemia se considera controlada.
Argentina está en 1,2. Cuando, como los países europeos, baje del umbral de 1, los desafíos no serán ya tanto la derrota del coronavirus, sino la puesta en marcha del plan de reapertura de la vida y, en especial, de una economía aplastada por la pandemia sin que la tasa de reproducción vuelva a dispararse.
Créditos: La Nación.