AgroMoll Tapa Superior

APRENDER A COMER MEJOR. DESPACIO Y A CONCIENCIA.

Guillermo Ibarra

La nutrición será siempre un tema de debate, con nuevas evidencias científicas y tendencias. El valor de cada macronutriente (proteínas, carbohidratos y grasas) siempre es disputado, y a menudo los alimentos son considerados héroes o villanos. Jugamos con vitaminas y minerales y discutimos suplementos milagrosos y superalimentos. Experimentamos con comidas más reducidas y frecuentes, o con el ayuno.

Pero ¿y si la nutrición no tuviera nada que ver con la hora de comer o soluciones mágicas? ¿Qué tal si la respuesta no tuviera nada que ver con la comida, sino con tener conciencia de qué estamos comiendo? ¿Podría ser que estar más conscientes es lo que necesitamos para lograr el cambio nutricional que buscamos?

La mayoría de nosotros comemos sin pensar qué estamos comiendo. Estamos corriendo y llenando nuestra boca de comida mientras vamos del punto A al punto B. Estamos tan absortos en nuestra conversación durante la cena (o en Facebook en nuestro teléfono) que comemos el plato entero, sin apenas darnos cuenta de lo que había en él o su sabor. O estamos repasando mentalmente nuestra lista de tareas pendientes.

Esta manera mecánica de comer puede estar teniendo un impacto negativo en nuestra salud. El tamaño de las porciones estándar en restaurantes y otros lugares de la industria alimentaria está creciendo, y ese plato de comida puede significar más de lo que necesitamos. Sin embargo, si no notamos nuestras señales de hambre o no decidimos conscientemente parar, probablemente seguiremos comiendo.

Comer atento consiste simplemente en eso: estar atento cuando se come. Prestar atención al sabor, olor y textura de los alimentos, y darse cuenta cómo nos hace sentir.

Comer atento es una herramienta fenomenal que puede utilizar a lo largo del día para administrar las porciones, prestar atención a lo que elige comer y simplemente bajar la velocidad. Comer con atención es más fácil de hacer en silencio, ya que uno se puede distraer cuando está hablando con otros, pero puede que comer en silencio no le sea posible. Haga lo que se sienta bien para usted, y lenta pero seguramente preste más atención a su comida. Tal vez una vez al día, a la semana o al mes puede disfrutar una comida en silencio.Practique comer atento, sin distracciones y saboreando cada bocado. Podría sorprenderle cómo cambian sus opciones y los tamaños de las porciones simplemente prestando atención. Fuente Infobae.

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