El ingreso de dólares tras la eliminación de retenciones y el espaldarazo inédito del Tesoro norteamericano lograron lo que parecía imposible el viernes último: paró en seco la corrida cambiaria, junto a una fuerte reducción del riesgo país, que ayer volvió a derrumbarse hasta los 900 puntos básicos. Las medidas y anuncios lograron detener la hemorragia de dólares que había empezado a sufrir el Banco Central. Se trató de un verdadero torniquete, tras haber dejado en el camino USD 1.100 millones a fines de la semana pasada con el propósito de defender el techo de la banda cambiaria. Por ahora, a pesar de las especulaciones, el Tesoro no estaría comprado divisas, pero se espera que lo haga en las próximas jornadas.
La caída del tipo de cambio fue de 10% en estos últimos tres días. El dólar oficial pasó de $1.515 en Banco Nación al cierre de la semana pasada a $1.360. El Gobierno dispuso que los primeros USD 7.000 millones que liquide el campo no pagarán retenciones, una medida inédita desde que se reimplantó este impuesto a las exportaciones en el 2002.
Pero por ahora falta y la liquidación de divisas continuará siendo significativa en las próximas jornadas.





