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Ganadería. Inundaciones. Formas de manejar el ganado y reducir el impacto

Guillermo Ibarra

Las intensas precipitaciones registradas en las dos primeras semanas del año generaron excesos hídricos superficiales que ponen en riesgo los cultivos y el ganado de la zona. En este contexto de emergencia agropecuaria, los especialistas del INTA dan una serie de recomendaciones para reducir el impacto y minimizar las pérdidas.

Para Osvaldo Balbuena -especialista en alimentación y manejo de ganado del INTA Colonia Benítez, Chaco-, «el contexto amerita realizar un ordenamiento de los rodeos de cría buscando evaluar el estado corporal, especialmente en vacas paridas, y determinar la edad aproximada de los terneros al pie de la madre«. Esto permitirá tomar decisiones como, por ejemplo, un destete precoz, práctica fundamental en esta época de emergencia.

Balbuena destacó que la herramienta más efectiva disponible es la separación de los terneros, posibilitando que se los alimente correctamente y se los cuide en superficies accesibles y reducidas, al mismo tiempo que se logra una disminución de los requerimientos nutricionales de las vacas.

Para el rodeo en general -explica- es importante utilizar los potreros bajos,mientras se pueda, a fin de reservar las partes más altas para cuando se inunden completamente los potreros bajos. En el caso de contar con reservas forrajeras, es recomendable hacer un inventario a fin de determinar, con anticipación, las necesidades de compra. En todos los casos, consideró «muy importante» consultar con su veterinario o extensionista la necesidad de administración de antiparasitarios y vacunas.

En cuanto a la alimentación durante la emergencia, Balbuena sugiere implementar alternativas como los granos y subproductos de la agricultura y de la agroindustria.A su vez, se refirió a la posibilidad de aplicar una alimentación de supervivencia entre 60 y 90 días en los que se pueden reducir en un 20 % los requerimientos de mantenimiento.

En cuanto al manejo del pastoreo en lotes sin piso, Balbuena sostuvo que para aquellas situaciones en las que es inevitable esta situación es necesario agrupar a los animales por categorías, peso vivo o estado fisiológico para definir estrategias de alimentación según requerimientos y objetivos de producción. De acuerdo con el especialista, «es importante hacer una estimación del forraje disponible, utilizando la relación entre altura y la cantidad de pasto, expresado en kilogramos de materia seca (kg MS/ha)».

Los especialistas coinciden en que frente a una emergencia resulta útil contar con información simplificada de las posibilidades de sobrevivencia y/o probabilidad de mortandad de los animales. «Las vacas con un 99 % de chances de sobrevivir son las vacías y en buen estado, mientras que las de un 10 % de supervivencia son las que entran a la emergencia con preñez avanzada y muy flacas», señalan desde el INTA.

La explicación de estos dos casos extremos está en los requerimientos de alimentación: mientras la vaca vacía en buen estado sobrevive con sus reservas corporales y con poco alimento, las vacas con preñez grande pronto parirán y aumentarán fuertemente sus requerimientos nutricionales para producir leche. Además, no tendrán reservas corporales, al estar muy flacas.

Fuente: Chacra

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