La cocina de los martes. Hoy, el legado de las abuelas: «La Torta de Las Monjas»
20/05/2025
Guillermo Ibarra

La «torta de las monjas». Ligera, sabrosa y con historia: así es esta receta que nació en los conventos italianos. De textura esponjosa, sin harina, con ricota y almendras, es ideal para una merienda diferente. En tiempos en los que lo simple y lo hecho en casa vuelven a tomar valor, la «torta de las monjas» se convierte en una de esas recetas que invitan a reconectar con lo esencial. Originaria de Siena, Italia, y transmitida desde los conventos como un secreto bien guardado, esta torta combina ingredientes nobles con un resultado tan suave que se deshace en la boca. No lleva harina común, sino harina de almendras, lo que le da una textura húmeda y delicada. Además, es fácil de preparar y está lista en menos de una hora. Perfecta para acompañar un mate, una taza de té, un desayuno especial o para compartir en la merienda.
250 g de ricota
3 huevos
125 g de azúcar
130 g de harina de almendras
1 cdita. de ralladura de limón
1 cdita. de esencia de vainilla
2 cdas. de licor (el que tengas: amaretto, ron o cognac funcionan muy bien)
1 pizca de sal
Azúcar impalpable (para espolvorear)
Paso a paso
Tamizá la ricota. Envolvela en un repasador limpio y exprimí para quitar el exceso de líquido. Si podés, dejala escurrir toda la noche en la heladera.
Batí los huevos con el azúcar. Hacelo hasta que la mezcla esté clara, espumosa y aireada. Este paso es clave para lograr una buena textura.
Incorporá la ricota. Agregala con movimientos envolventes para mantener la esponjosidad.
Sumá los secos. Añadí la harina de almendras, la ralladura de limón y la pizca de sal. Mezclá con cuidado.
Agregá la esencia y el licor. Integrá bien y dejá reposar unos minutos.
Prepará el molde. Enmantecá uno redondo (de unos 20 cm de diámetro) y espolvoreá con un poco de harina de almendras.
Horneá. Llevá al horno precalentado a 170 °C durante 35 a 40 minutos. Está lista cuando la superficie se ve dorada y al pinchar con un palillo, este sale limpio.
Enfriá y decorá. Dejá que tome temperatura ambiente y espolvoreá con azúcar impalpable justo antes de servir.