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Nacionales. «Pata» Medina preso. Cómo fue la caída del líder sindicalista de la U.O.C.R.A.

Guillermo Ibarra

Juan Pablo «Pata» Medina tuvo un día de furia, decepción y arrepentimiento. Ese fue el orden de los diferentes estadíos que pasó a lo largo del peor lunes de su vida: de querer prender fuego a la provincia de Buenos Aires si «lo tocaban», pasó a calmar los ánimos de sus seguidores en el medio de una entrevista con TN hasta aceptar la inevitable decisión judicial que lo acorraló. Por la noche, aceptó entregarse y fue detenido en el medio de un operativo descomunal.

Con la determinación del juez de enviar la orden de detención por causas en la que está sospechado por asociación ilícita, lavado de dinero y extorsión, Medina tomó un primer camino violento. El sindicalista se atrincheró con explosivos en la sede de la UOCRA de La Plata y, desde allí, amenazó con «incendiar la provincia» si lo capturaban.

La situación se complicaba con el correr de las horas ya que Medina, varias veces, arengó a sus seguidores. Cientos de trabajadores de la UOCRA alentaron al sindicalista en la puerta de la entidad gremial. «¿Ustedes van a permitir que al Pata lo lleven preso o les metan su plata en el bolsillo del Gobierno? Si vienen por mí, si me detienen y me meten preso, les vamos a prender fuego la provincia. Que vengan con la verdad, acá hay un presidente democrático que dio la orden a su gabinete para investigarme sin fundamentos», lanzó.

Pero Medina no se quedó solo con la arenga a sus compañeros de la construcción platenses. El sindicalista dio una entrevista con TN para defenderse de las acusaciones que pesan sobre él. Durante el reportaje ocurrió un hecho singular: frenó el diálogo con el periodista, salió al balcón y pidió calmar los ánimos a los trabajadores que prendían gomas en la calle.

«Les pido que nos comportemos pacíficamente. Si algún compañero tiene alguna cosa rara, no quiero que pase nada grave. Tengo el deber de protegerlos. Los que estamos de acuerdo levantemos, la mano. Ustedes son trabajadores y lo que quieren es tener su fuente de trabajo. No quiero, como secretario general, que haya violencia», exclamó. Fue el primer momento del día en el que el gremialista empezaba a bajar la violencia de su propio discurso.

Por la noche, la Justicia lo cercó. En un enorme operativo, al menos 400 agentes de la Policía Bonaerense, Gendarmería y Prefectura allanaron diferentes lugares relacionados con una empresa ligada a Medina que está apuntada en una de las causas. También se acercaron hasta la casa del sindicalista en Ensenada para detenerlo.

Era inevitable. De acuerdo a fuentes de la investigación citadas por TN Central, a las 21 el abogado de Medina empezó a negociar su entrega. Todo se expuso minutos después cuando el sindicalista apareció en escena al ingresar a ese domicilio por una puerta lateral. Junto él cayeron también uno de sus hijos, Cristian «Puly» Medina, y su cuñado, David García, ambos implicados en la asociación ilícita y lavado de dinero.

Tras más de dos horas de trámites administrativos, Medina quedó a disposición del juez Luis Antonio Armella. Rodeado de cientos de agentes de seguridad, a las 0.15, el sindicalista fue trasladado en un camión de la Prefectura a un Penal bonaerense, que podría ser el de Ezeiza.

La causa por la que fue detenido el sindicalista se originó a principio de mes, cuando la fiscal federal de Quilmes, Silvia Cavallo, lo había denunciado por extorsión. Por eso solicitó medidas de pruebas sobre un tiroteo y presiones de Medina, que obligaron al retraso de las obras de la estación del ferrocarril Roca, en la estación Parque Pereyra.

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