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Ola de calor y probables tormentas fuertes. A extremar los cuidados.

Guillermo Ibarra

La ola de calor es un estado del tiempo con altas temperaturas y extremadamente húmedo, que abarca gran parte del país y que persiste durante varios días sucesivos. A través del Sistema de Alertas sobre Olas de Calor y Salud del Servicio Meteorológico Nacional se procura anticipar a la población, con la mayor antelación posible, situaciones meteorológicas extremas y sus posibles efectos en la salud. Este sistema tiene una clasificación de 4 niveles de situación de olas de calor y sus efectos en la salud:

:: Verde =
Mínimo estado de vigilancia durante el verano. Sin peligro sobre la salud de la población.

:: Amarillo =
Las olas de calor pueden ser peligrosas, especialmente para los grupos de riesgo, bebes y niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas -hipertensión arterial, obesidad y/o diabetes-. Se alcanza cuando se superan los umbrales en las temperaturas máximas y mínimas en una ciudad.

:: Naranja =
Las olas de calor pueden ser muy peligrosas, especialmente para grupos de riesgo. Se declara cuando la ola de calor continúa en el tiempo y aumenta así el exceso de calor.

:: Rojo =
Casos excepcionales de olas de calor. Pueden afectar a todas las personas saludables, y no sólo a los grupos de riesgo.

  • Hidrátese, beba agua con mayor frecuencia (aún cuando no se sienta sed). Procure siempre consumir agua segura (potable).
  • Evite bebidas con cafeína o con azúcar en exceso, muy frías o muy calientes.
  • Evite las comidas pesadas.
  • No realice actividad física intensa.

Con los más chicos:

  • No espere que pidan agua. Ofrecézcales continuamente líquidos, especialmente jugos naturales. En el caso de lactantes, es recomendable darles el pecho de manera más frecuente.
  • Procure que vistan con ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros (puede convenir, incluso, que estén sin ropa).
  • Báñelos y mójeles el cuerpo con frecuencia.
  • Evite que se expongan al sol, especialmente en el horario del mediodía o bien, protéjalos de sus efectos si no se puede evitar la exposición con el uso de ropa adecuada (sombreros, ropa de manga larga) y protectores solares adecuados.
  • Manténgalos en lugares bien ventilados o con aire acondicionado (ya sea en la casa o en lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.

Las altas temperaturas en el ambiente favorecen la diseminación de las bacterias que provocan distintas enfermedades y descompensaciones físicas que pueden ser mortales en los niños más pequeños (principalmente, diarrea y enfermedades infecciosas como el cólera).

Por eso, preste atención a signos de alerta como: sed intensa y sequedad en la boca, temperatura mayor a 39º C, sudoración excesiva, sensación de calor sofocante, piel seca, agotamiento, mareos o desmayo, dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos, dolores de cabeza, entre otros. En los bebés, esté atento en caso de ver la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal y si el pequeño se halla irritable. Ante la aparición de alguno/s de esto/s síntomas, acuda sin demora al hospital o centro de salud más cercano. Allí encontrará atención y medicamentos gratis.

Para el cuidado de su salud en la vía pública: evite la exposición directa al sol en los horarios de mayor temperatura, en especial de los bebés y niños pequeños. Además, para transitar en exteriores y a toda hora, utilice la protección solar adecuada. Es fundamental, mantenerse hidratado, consumir agua segura con mayor frecuencia (aun cuando no sienta sed).

Para el cuidado de la salud en la escuela: controle que funcione la refrigeración y/o ventilación de la institución y asegúrese de que el establecimiento esté al día con las medidas preventivas generales, vinculadas con los primeros auxilios y acceso a la atención médica de emergencia. Es importante cargar suficiente cantidad de agua (potable) para la jornada, en botellas limpias y aptas para su reserva.

Qué hacer con los alimentos y el agua:

Alimentos: mantenga en la heladera aquellos alimentos frescos y que puedan echarse a perder debido al calor. Del mismo modo, verifique la temperatura y control del buen funcionamiento de la heladera. Será de suma importancia arrojar a la basura cualquier alimento fresco que pueda haber perdido la cadena de frío y que tengan olor, color o textura anormales.

  • Mantenga los alimentos que pueden estar fuera de la heladera, en lugares limpios y frescos y al resguardo de aberturas, superficies y/o fuentes de calor.
  • Arroje los alimentos perecederos (incluidos la carne, el pollo, el pescado, los huevos y las sobras) que hayan estado por 2 horas o más fuera del frío. Además, deseche todos los comestibles enlatados cuyos envases estén abiertos, dañados o inflados.

Agua: no beba agua sin antes comprobar su potabilidad; de lo contrario, recurra a formas seguras de potabilización. Además, es necesario mantener el agua potable correctamente envasada (en botellas o bidones limpios y cerrados) en la heladera, en lugares limpios y frescos, y alejada de fuentes de calor.

Formas de tratar el agua para consumo:

El agua puede ser potabilizada en casa de dos maneras, siempre que no esté contaminada (en ese caso, no será apta para consumo):

  • Coloque 2 gotas de lavandina por cada litro de agua, y deje reposar 30 minutos antes de consumirla.
  • Otra forma de tratar el agua para que sea segura es hervirla hasta que salgan burbujas durante 3 minutos, y esperar a que se enfríe para consumirla.

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