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Cine. Recomendada para ver en Netflix. «Secuestro del vuelo 601»

Guillermo Ibarra

El 30 de mayo de 1973 se desarrolló un episodio que marcó la historia de la aviación en América Latina y que hoy es revivido a través de la plataforma de Netflix con el estreno de la serie Secuestro del vuelo 601, dirigida por Camilo Prince y Pablo González. En aquel entonces, el vuelo HK-1274 de la Sociedad Aeronáutica de Medellín (SAM), en una ruta que conectaba Bogotá con Cali y Pereira, fue secuestrado por dos individuos armados quienes se identificaron como miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia. A bordo viajaban 84 personas, quienes se vieron envueltas en una tensa odisea que extendió durante 55 horas y traspasó fronteras por varios países de Latinoamérica.

Este suceso cobró nueva vida gracias a Massimo Di Ricco, un periodista italiano que, después de adentrarse en la historia de la inmigración árabe en Barranquilla y explorar el fenómeno de los secuestros aéreos en América Latina, encontró en este evento un episodio único digno de ser contado. Inspirado en su investigación, Di Ricco escribió Los condenados del aire (Libros del K.O.), material que sirvió de base para la creación de la serie de Netflix. Es particularmente notable cómo Di Ricco, inicialmente enfocado en el contexto de Medio Oriente, descubrió en Colombia una historia de aeropiratas que capturaría su interés y lo llevaría a documentar este acontecimiento para un público global.

El elenco está compuesto por Mónica Lopera, Christian Tappan, Enrique Carriazo, Marcela Benjumea, Ángela Cano, Carlos Manuel Vesgas y el argentino Valentín Villafañe.

¿De qué se trata la serie?

“Cuando un avión es secuestrado, dos azafatas deben burlar a los agresores en medio de intensas negociaciones… tanto en el aire como en tierra. Basada en hechos reales”. Así relata la sinopsis de esta ficción colombiana que ocupa el primer puesto del ranking de Netflix en varios países de América Latina. Los secuestradores demandaron un rescate de 200 mil dólares y la liberación de presos políticos en Colombia, una petición que fue rechazada por el gobierno colombiano, mientras que la aerolínea declaró tener solo 20 mil dólares de presupuesto para enfrentar la situación.

¿Cómo culminó el secuestro?

La travesía del secuestro culminó en Mendoza, Argentina, con la liberación de los últimos pasajeros tras numerosas horas de incertidumbre y negociaciones fallidas. Eusebio Borja y Francisco Solano López fueron identificados como los perpetradores de este acto, revelando el destino divergente de ambos: Solano López fue extraditado a Colombia, donde cumplió cinco años de prisión, y Borja logró escapar mientras estaba en Argentina, manteniéndose su paradero desconocido desde entonces. El impacto de este secuestro aéreo va más allá de las horas de angustia vividas por los involucrados, destacando las vulnerabilidades en la seguridad aérea de la época y poniendo a prueba los protocolos de negociación de crisis. La odisea del vuelo 601 es recordada como un punto de inflexión en las políticas de seguridad de las aerolíneas latinoamericanas, impulsando cambios significativos en los procedimientos de respuesta ante secuestros.

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