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Córdoba. Continúan los incendios y se complica el trabajo de los bomberos

Guillermo Ibarra

Los fuegos no se detienen. Y los culpables, no aparecen. El gobierno de Córdoba actualizó la información respecto de los fuegos: “La situación climatológica complica el trabajo de los bomberos. En los sectores afectados por los incendios hay alta temperatura, baja humedad y vientos con ráfagas. El combate contra el fuego lleva 11 días sin descanso en Ischilín y el norte del Valle de Punilla

“La capacidad de respuesta nacional está siendo expresada por la intervención del Servicio Nacional de Manejo del Fuego ante la seguidilla de incendios y la sequía que atraviesa una parte del territorio nacional, y en especial la provincia de Córdoba. Respondemos con medios aéreos y, en donde se puede, con brigadistas y coordinadores en el terreno”, expresó Gabriel Fuks, secretario de Articulación Federal y máxima autoridad de Protección Civil de la Nación.

La situación es muy complicada debido a la mala visibilidad, las condiciones meteorológicas, el viento y la baja humedad. De hecho, ya fueron evacuadas entre 150 y 200 personas y hay numerosos autoevacuados. En la localidad de Capilla del Monte, en tanto, el fuego afectó a otras siete viviendas.

Por ese motivo, tres aviones hidrantes del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y un observador se sumaron a los medios provinciales y al trabajo de unos 150 bomberos de la zona.

El gobernador Juan Schiaretti declaró hoy “zona de desastre agropecuario” a los sectores afectados por los incendios en el noroeste de esa provincia, al tiempo que cuatro personas, entre ellas dos menores de edad, fueron detenidas acusadas de encender algunos de los focos.

Este martes, Schiaretti encabezó una reunión con la Mesa Interministerial encargada de las contingencias ocasionadas por los incendios, ratificó la disposición de todos los recursos necesarios para abordar la situación, y determinó que se brinde ayuda a los productores, asistencia por daños materiales para familias y para los comercios.

La disposición que declara “Zona de Desastre Agropecuario” a los sectores afectados por el fuego es para productores que podrán quedar exentos del impuesto inmobiliario rural.

Además, se informó que unos 73 productores agropecuarios del departamento de Ischilín recibirían alimento balanceado para animales; y también durante las próximas horas se hará un relevamiento del daño causado en postes, alambrados y animales muertos.

En tanto, cuatro personas quedaron detenidas en las últimas horas acusadas de encender algunos de los focos. Por la noche de este lunes fue detenido en la localidad de Charbonier un hombre de 34 años en una zona incendiada, con elementos utilizados para iniciar el fuego, y sin poder justificar su presencia en el lugar. Horas posteriores, dos adolescentes de 15 y 17 años fueron detenidos en Cosquín cuando salían de una zona incendiada a en una moto de baja cilindrada, con encendedores en su poder. Y una mujer de unos 59 años fue detenida tras iniciar un fuego en la parte del fondo de su campo en esa misma zona.

Más 1.000 kilómetros cuadrados chamuscados; aire contaminado en CórdobaRosario y Buenos Aires; plantas y fauna nativas arrasadas. Este escenario real, aunque parezca distópico, se vive en el norte y centro del país, el corazón productivo y con mayor concentración de población en medio de una pandemia.

Y los pronósticos no son alentadores: la peor sequía de la década continuará, según las proyecciones meteorológicas. En el centro de la escena aparece la impotencia de las autoridades provinciales y nacionales que no pueden controlar las llamas. En la otra vereda, un reclamo urgente: ordenamiento del territorio, sancionar una ley de protección de humedales y detener el avance de la frontera agropecuaria e inmobiliaria, que aparecen entre las causas de los fuegos. Varios grupos de la sociedad civil se sumaron a las manifestaciones para pedir por el cambio del modelo productivo bajos las consignas #25A y #BastaDeFalsasSoluciones.

El reclamo estuvo liderado por grupos de jóvenes ambientalistas. Así Extinction Rebellion Argentina realizó una protesta en contra de los desmontes que se originan por el avance de la agricultura y la ganadería. “No podemos permanecer en la pasividad. Por eso te invitamos a sumar tu firma y exigir que se habiliten los mecanismos de participación ciudadana directa previstos en los artículos 39 y 40 de la Constitución, y en la ley 25.432 para someter a consulta popular el modelo de desarrollo agrícola de nuestro país, antes de que sea demasiado tarde”, sostienen en una petición que junta adhesiones en la plataforma Change.org.

Si no debatimos de forma transparente y pública el modelo productivo que queremos para la Argentina, el colapso climático y ecosistémico será inevitable en el transcurso de esta generación”, agrega la petición.

Entre las 200 organizaciones que se sumaron a la jornada de protesta, también estuvo la Unión de Trabajadores de la Tierra: “Es mentira que necesitamos aumentar la superficie agrícola para producir alimentos, lo que necesitamos es discutir qué modelo agroalimentario queremos en Argentina. Mientras se definen las reglas para la reactivación económica post #COVID19, ¿a qué normalidad queremos volver?”, se preguntan.

A la movida #25A realizada por los jóvenes también se sumó la agrupación Ecohouse: “El modelo de extractivismo agroindustrial, vigente desde 1996 en nuestro país, está envenenando a las comunidades rurales, devastando los ecosistemas y exterminando la biodiversidad. Aumentar la industrialización animal, dependiente y promotora del agronegocio, es incompatible con la realidad geofísica de nuestro planeta y acelera la crisis climática y ecológica”, dice la carta firmada por más de 200 organizaciones.

Christian Tiscornia, de la ONG Amartya también fue parte de la protesta: “En Córdoba la sequía, una consecuencia directa del cambio climático, ha vuelto incontrolables los incendios. Nos encontramos frente a un acuerdo con China en el que se nos propone como solución criar millones de chanchos, casi uno por cada niño de entre 0 y 18 años de nuestro país, comprometiendo el presente y el futuro con la falsa idea de un desarrollo que lleva más de 70 años prometiéndose”.

Y se pregunta: “¿Qué clase de solución puede alcanzarse con las mismas acciones de siempre, que priorizan la generación de una riqueza económica hiper concentrada?”.

Los reclamos juveniles en la Argentina siguieron vigentes a pesar de la pandemia. Desde hace meses piden por el tratamiento de una ley de protección de humedales y que se detengan los incendios que el Delta del Paraná padece hace tres meses. Incluso la intervención de varias de las agrupaciones juveniles obligó a la Cancillería argentina a explicar de qué se trataba el acuerdo para la producción de carne porcina en el NOA.

Pero hoy la gran preocupación son los incendiosNo sólo se quema el Amazonas. El Delta del Paraná, Córdoba, pero también Formosa están bajo fuego.

“Los incendios intencionales sumados a las sequías están causando una destrucción irreversible. ¿La razón? Los intereses económicos de los sectores agropecuario e inmobiliario”, explican en Greenpeace y añaden datos del avance del desmonte en plena pandemia: 22.000 hectáreas de bosque arrasadas.

Enrique Viale, de la Asociación de Abogados Ambientalistas de la Argentina y coautor de “El colapso ecológico ya llegó” con Maristella Svampa, sostuvo: “Es totalmente inaceptable lo que está pasando, no hay posibilidad que lo naturalicemos. Rosario está bajo humo desde principio de año en medio de una pandemia cuyo virus ataca al sistema respiratorio”.

“No podemos debatir sobre los incendios en todo el país sin poner bajo la lupa a los modelos productivos, los modelos de (mal) desarrollo que se consolidaron en Argentina”, agregó Viale.

Créditos: Infobae

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