AgroMoll Tapa Superior

Informe del Servicio Local de Protección y Promoción de Derechos de Niños y Adolescentes

Guillermo Ibarra

Esta pandemia impacta emocionalmente a cada familia, por ello compartimos unas palabras que pueden ser de utilidad para afrontar la cuarentena social obligatoria.

Cada familia, niño, joven reacciona de manera diferente pero hay cuestiones comunes a todos…. Sabemos que ante crisis como la actual los sentimientos y comportamientos se intensifican en función de la nueva realidad. Las características personales y las reacciones en las relaciones interpersonales se exacerban, todo se agrava.

Los cuidadores adultos estamos fragilizados, angustiados,  tratando de cuidar a nuestros niños y a nosotros mismos. Pero éste también puede ser un momento para revalorizar el espacio familiar y reencontrarnos con nuestra fuerza interior, intuición y creatividad.

Como equipo consideramos que somos los adultos cuidadores los responsables de lograr cierto equilibrio entre afectos, deseos, angustias, ansiedades y las oscilaciones entre el bien y el mal estar. Es por ello que compartimos algunas actitudes que podrían estar presentando nuestros niños y adolescentes:

  • Llanto, más de lo habitual
  • Dificultad para comer, dormir
  • Incremento de temores
  • Necesidad de estar en brazos más tiempo
  • Resurgimiento de comportamientos que ya se habían superado (hacerse pis, hablar como bebé, estar caprichoso)

Los adolescentes habitualmente viven “en barra» y se caracterizan por un pensamiento omnipotente “a mí no me va a pasar» lo que los pone en riesgo. Éste aislamiento puede generar y/o aumentar la preferencia por compartir sentimientos con pares. Acrecentar ansiedades, decepciones y peleas con adultos.

Todos estos y demás comportamientos se relacionan con que los niños detectan el clima emocional de quienes lo rodean (expresiones, angustias, tonos de voz).

Por ello, proponemos que los adultos nos protejamos del estrés: cómo?

  1. Evitando la sobreabundancia de información y de recomendaciones. Escuche solo información de organismos oficiales y sí no puede contener la situación, no dude y acuda a un profesional de salud mental.
  1. Realizando acuerdos para la convivencia, entre los cuales podría incluirse:
  • Dejar que los chicos se aburran.
  • Dejar pasar pequeñeces que en otro momento harían enojar.
  • Sostener y/o crear rutinas: horarios para comer, dormir, bañarse. Hacer tareas, intentando controlar exigencias, ya que también es frecuente que, frente a este contexto, sea dificultoso concentrarse y permanecer con una actividad por un tiempo prolongado.
  • Hablar de lo que sentimos, ser honestos con lo que está pasando sin sobrecargar o alarmar.
  • Mirarnos, escucharnos.
  1. Teniendo presente que esto va a pasar y cuando pase algo debimos haber aprendido: qué me estoy cuidando por mí, pero también por el otro. 

Servicio Local de Protección y Promoción de Derechos de Niñas, Niños y  Adolescentes

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