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La invasión de estorninos. Un problema que se repite y no sólo es de Navarro.

Guillermo Ibarra

Hace ya algunos años, la invasión de estorninos, sumados a algunas cotorras hacen que caminar tranquilo por nuestra plaza principal sea una utopía.

Suciedad, mal olor y los peligros para la salud que pueden representar, son temas recurrentes en ese sector tan concurrido de nuestra ciudad.

Lamentablemente, este problema, no sólo es de Navarro sino que se proyecta en ciudades vecinas como la de Lobos.

Miren lo que dice la siguiente nota publicada en el diario digital «La Palabra de Lobos» al respecto.

«El olor que generan es completamente desagradable. La mugre en las veredas también. Encima no dan respiro. Ensucian varias veces al día, motivando que el paisaje céntrico se torne en algunos lugares deplorables.

Es por la invasión de estorninos que, como todos los años, llegan para esta época y eligen las altas copas céntricas para posarse y pasar la noche.

Por lo general comienzan a revolotear al atardecer, con la caída del sol. La incomodidad que causan, que aqueja principalmente a locales comerciales y ocasionales transeúntes, como es común cada temporada, ha comenzado a provocar quejas y reclamos por parte de quienes se sienten más afectados.

Por tal motivo el municipio se refirió al caso esta semana.»

“Es un problema que se repite en muchas ciudades del interior, más o menos para esta época del año”, dijo el Secretario Galazzi.

“Con la Directora de Espacios Verdes estamos evaluando posibles acciones, pero la solución no es sencilla”, admitió.

“Muchos vecinos piden la poda de árboles lo que, si bien puede ser una alternativa, no creemos que resuelva el problema en su plenitud. Si podamos en el centro lo más probable es que aniden en otro sector, por lo que lo único que estaríamos haciendo es llevar el problema de un lugar a otro”, explicó.

Por tal motivo, informó el funcionario, estamos evaluando otras alternativas, relacionadas con el uso de nuevas tecnologías.

Testimonios de comerciantes

“Necesitamos que se ocupen, así no se puede vivir”, dijo una comerciante de la calle Rivadavia.

“Al negocio a partir de la tarde no entra casi nadie. Es muy poca la gente que camina por la vereda o se atreve a pasar por debajo de los árboles”, añadió.

“Es un asco cómo está todo”, agregó otro hombre, también de la misma arteria.

“Mi vereda parece un gallinero, no la entrada a un comercio”, renegó.

“Sé que el municipio no tiene la culpa, pero le pedimos que por favor se ocupe y busque alguna solución”, instó

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