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Sólo falta Chocho. «Los Ferzzola» a fondo en el Gran Premio Argentino Histórico

Guillermo Ibarra

El primer día, la mañana en el barrio de Palermo no pudo se mejor. Mientras el sol comenzaba a la calentar el asfalto, los 117 autos que compiten en la XVII edición el Gran Premio Argentino Histórico, que organiza el Automóvil Club Argentino, largaron oficialmente para recorrer 3062 kilómetros por rutas y caminos de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y San Juan, divididos en cinco etapas. Los pilotos y navegantes hacían cola para recibir el libro de ruta, cuyas indicaciones y tiempos cronometrados deberían intentar cumplir a la perfección. Algunos metían mano a sus autos, clásicos de todos los tiempos, otros repasaban sus estrategias para la carrera delante la mirada de miles de porteños que se acercaron al parque cerrado a observar esas máquinas únicas y, de paso, ver las reliquias exhibidas alrededor de la plazoleta frente al Instituto Sanmartiniano sobre la calle Mariscal Ramón Castilla, entre Av. Del Libertador y Figueroa Alcorta.

Un grupo de aficionados prefirió simplemente arrodillarse sobre el pavimento para jugar carreras de autitos a «manocontrol», todo un hobby que recuerda esos minutos de los recreos en la escuela primaria en los que se dibujaba una pista con tiza sobre el patio para jugar con autitos de plásticos rellenos con masilla y con una cucharita metálica que asomaba por la trompa.

Otros paseaban, miraban, sacaban fotos y no dejaban de asombrarse por la belleza de esos autos de colección exhibidos en el lugar, como las famosas cupecitas de la emblemática carrera de Buenos Aires-Caracas 1948; o una serie de extraordinaria de esas pequeñas joyas alemanas NSU Prinz, con motor trasero, que dejaron de fabricarse en 1973; o el elegante Fort T de 1925 que sus dueños muestran orgullosos.

Los motores de los Renault Gordini, Auto Unión, Peugeot 404, Cupecitas Chevrolet, Alfa Romeo, Renault 12, Ford Falcón, Citroen 2 y 3CV, Fiat 600, 1100, 1500 -algunos en inmejorables condiciones, como el número 411, de Jorge Pérez-, BMW 320, Chevrolet 400, Ford Coupé, Volvo, etc…, rugieron sobre la avenida Libertador para dar comienzo a la semana de competencia del GPH, que recorrerá buena parte del país persiguiendo, como todos los años, un fin solidario y reviviendo a su paso por las distintas ciudades, la rica historia del automovilismo nacional. La primera etapa concluyó en Venado Tuerto, Santa Fe. El domingo llegaron a Villa General Belgrano y, ayer el GPH llegó a San Juan, donde pilotos y navegantes tuvieron un día de descanso, luego un día más de competencia y el jueves comenzará el retorno primero a Villa Carlos Paz y luego, el viernes a Venado Tuerto, donde los pilotos participarán de una cena de camaradería y de la ceremonia de premiación.

En la competencia hay varios navarreros. Javier Ferzzola corre con un Torino en compañía de Hugo De Andrea, Martín y Oscar Ferzzola con un Peugeot 404 y Darío Ferzzola en compañía de Juan Pablo Vizzuso con una coupé Ford 1937 original preparada por el Pato Rivas. Estamos en permanente contacto con ellos y por ahora van muy bien. Seguiremos de acuerdo a nuestro compromiso, informando acerca de esta gran experiencia de estos «locos lindos».

Créditos: Página 12. Fotos: Darío Ferzzola

 

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