Historias del Dakar. El Navarrero presente en la llegada de «El loquito del desierto».

Lo decimos obviamente con todo cariño y respeto. El mismo con el que Manuel Andujar, su madre y el resto de sus familiares nos trataron esta tarde.

Se terminó el Dakar y como siempre lo decimos, fue el final de «la carrera más exigente del mundo«. Por ahí no todos entienden la dimensión de lo que significa sólo participar en esta competencia. Ni siquiera digo llegar; sólo participar es para elegidos. Y Manuel Andujar, un jóven de Empalme de 21 años, llegó. Y eso debería bastarnos a todos. Tiene toda una vida para buscar resultados.

Un día, durante el desarrollo de una de las etapas, recibí una gran sorpresa. Sus familiares, agradecidos por el estilo de la cobertura, comenzaron a intercambiar mensajes conmigo. Fotos, comentarios y alguna que otra anécdota.

No creí merecer los agradecimientos, porque como siempre digo, para eso estamos; pero igual los recibí. Es más, en el preciso instante de la finalización de la carrera, recibí la invitación para asistir hoy a su llegada a Empalme. Otra gran alegría.

Y allí llegó Manuel, acelerando su cuatri Nº 273 del Team 7240. Un momento antes, había llegado el camión de apoyo (un verdadero monstruo). Lo demás lo verán en las imágenes (fotos y video-entrevista). Manuel, a pesar del evidente cansancio, atendió a todos los medios presentes por igual, durante un buen rato.

Amigos y familiares de la vecina ciudad de Lobos estuvieron junto a él, en este agasajo que su familia realizó para los que estuvieron siguiendo su participación. Tuve la suerte de estar allí y compartir un muy buen momento.

Tarea cumplida Manuel, ya escribiste una página importante en la historia del deporte de tu ciudad. Muchas gracias de mi parte, especialmente a tu familia.

Aclaración: el apodo que utilicé en el título tiene su explicación en el video que verán a continuación.

Click en las imágenes de abajo para ampliarlas.